domingo, 8 de julio de 2012

LAS TECNOLOGÍAS QUE VEREMOS EN 10 AÑOS


No hay nada como echar un vistazo a los centros de investigación deMicrosoft, Samsung, Google, IBM o Intel para darse cuenta: vivimos en la prehistoria digital. Las grandes firmas tecnológicas se dejan varios miles de millones de euros cada año en inventar lo siguiente. El 99% de los proyectos fracasan, el resto sobrevive y solo uno o dos acaban transformándolo todo. Intel presentó recientemente en San Francisco su particular batería de ideas para revolucionar el hogar, el coche o el trabajo. No hay gafas futuristas como las de Google, pero sí un buen puñado de apuestas.
Las más peculiares giran en torno al coche del futuro. Según la compañía, que emplea a más de un millar investigadores en innovación y desarrollo, en poco más de una década los automóviles estarán conectados a Internet y equipados con todo tipo de sensores inteligentes que les conectarán a su entorno. Podrán, por ejemplo, intercambiar información de accidentes con otros coches y sugerir nuevas rutas o recibir alertas sobre la gasolinera más cercana y barata. Todo en tiempo real y sobre la marcha.
Brian David Johnson, investigador jefe de Intel, asegura que los automóviles se convertirán en sistemas inteligentes de computación en lugar de carrocería sobre ruedas. Para demostrarlo señala una de los proyectos en los que la compañía lleva años trabajando en colaboración con la universidad de Carnegie Mellon: faros capaces de no iluminar la lluvia durante la noche para reducir reflejos y mejorar la visibilidad del conductor.
Equipados con una pequeña cámara ultra-rápida, un procesador y unsoftware, predicen cómo caerán las gotas de lluvia para evitar iluminarla. Todo en 13 milisegundos y con una precisión del 70%. Es un prototipo, pero Intel asegura que podría llegar al 90% de precisión y a un coste asequible para los fabricantes. ¿Veremos también coches autónomos sin conductor? “Estoy convencido de que sí, en cinco o  diez años estarán en las carreteras”, dice Johnson.
Habrá faros capaces de no iluminar la lluvia durante la noche para reducir reflejos y mejorar la visibilidad
El hogar es el otro espacio que la tecnología lleva años soñando conquistar, aún sin éxito. Intel apuesta por un aspecto concreto: la seguridad, convertir el cuerpo en las llaves que nos abran la puerta de casa o enciendan el horno o las luces con un gesto. Richard Libby, investigador de la compañía, explica el sistema en el que trabaja. “Basta una pequeña cámara integrada en la puerta de entrada y una pantalla táctil. Llegamos, la cámara nos reconoce, acercamos los dedos a la pantalla, lee nuestras huellas dactilares, y dentro. El mismo concepto se puede aplicar a los coches: abrimos con la huella dactilar, el volante nos identifica al tocarlo, el vehículo arranca solo y el asiento o la música se ajustan automáticamente a nuestras preferencias”, dice Libby.
En el lugar de trabajo, el reconocimiento de voz, otra de las grandes promesas, podría empezar a utilizarse en los próximos años. Una muestra: un video chat que transcribe la voz en texto y lo traduce al instante al idioma seleccionado. En una videoconferencia con un proveedor chino, por ejemplo, al otro lado verían nuestra imagen, oirían el castellano sin entender ni jota, pero leerían nuestras palabras en texto traducidas al chino en tiempo real, y viceversa. Como siempre, el problema está en los errores, en la precisión, aún lejos de lo aceptable, pero sus creadores son optimistas. “Nada que el avance tecnológico no pueda resolver”, aseguran.
Otro frente abierto: ir de compras. Intel apuesta por innovaciones como Scott Bot, un robot con cabeza de Kinect, la consola de Microsoft, que recorre los pasillos de las tiendas creando mapas con la ubicación de los productos. Al dueño del negocio le permite conocer el nivel de inventario en cada momento y al consumidor acceder en el móvil al mapa de la tienda. Se acabó desesperarse en busca del paquetito de sal, el teléfono lo localiza al instante y, además, con ofertas y descuentos.
La tecnología podría jubilar también los probadores. ¿Por qué no probar unos pantalones o un vestido digital en lugar de hacerlo físicamente talla a talla, color a color? Un software junto a una Kinect ya permite sustituir el espejo del probador por una gran pantalla. En ocho segundos digitaliza nuestra imagen y la convierte en un avatar. Delante de la pantalla vamos probando la ropa (digital); nos giramos, el avatar se gira, levantamos los brazos, el avatar los levanta… ¿Ventajas? “!Es mucho más rápido y divertido!”, dice la investigadora responsable del proyecto.
La tecnología podría jubilar también los probadores. ¿Por qué no probar unos pantalones o un vestido digital en lugar de hacerlo físicamente talla a talla, color a color?
Otras ideas más sencillas quizás acaben funcionando más rápido, como la web en 3D. “Hemos desarrollado el estándar XML3D para que cualquier programador pueda crear páginas web con imágenes en 3D en poco tiempo y a bajo coste”, dice Kristian Sons, investigador del Instituto Alemán de Inteligencia Artificial, que trabaja con Intel en esta iniciativa.
Los avatares para chatear por el móvil son otro ejemplo. En lugar de utilizar vídeo sobre la red celular (como Facetime en iOS), ya es posible utilizar avatares que transmiten expresiones faciales básicas, si nos reímos, si cerramos los ojos, pero no la imagen completa, reduciendo así el consumo del plan de datos. Pequeños avances que tal vez algún día veamos en nuestras pantallas.
“¿Por qué siguen existiendo los tenedores, las cucharas y los cuchillos? Porque cada uno es bueno en una cosa. Lo mismo ocurre con la tecnología”. Así de sencillo explica Genevieve Bell cómo cree que será el panorama en 10 años. “Cada país será un mundo, como hoy, y seguiremos utilizando un montón de aparatos, como hoy”. Diferente, pero igual. “Es una de las cosas más importantes que necesitamos entender sobre el futuro: continuará siendo diverso, con múltiples servicios de Internet, aparatos y preferencias de la gente en cada país”.
Bell, antropóloga, lidera en Intel un equipo de 100 investigadores, psicólogos, sociólogos, ingenieros y diseñadores cuya misión es observar a la gente y predecir cómo utilizaremos la tecnología en 10 o 20 años. “Fácil, ¿eh?”, se ríe. “Hay cosas que jamás cambiarán, siempre necesitaremos pertenecer a un grupo social y los servicios y tecnologías que lo faciliten, hoy Facebook, mañana otra cosa, triunfarán”, dice.
Y señala el mayor cambio que, según ella, veremos en la próxima década: “Nos estamos moviendo de la interacción con la tecnología a la relación con la misma. Ahora ordenamos a los aparatos qué hacer, envía un email, imprime, enciéndete. Poco a poco aprenderán nuestros hábitos y harán muchas de esas cosas automáticamente. Será una relación, no una interacción”.

miércoles, 2 de julio de 2008

La utopía de las aplicaciones Web 2.0

Las aplicaciones de la Web 2.0 se han transformado en estrellas superpoderosas de internet. Pero más allá de las que apuntan a la diversión, desde la Red comienzan a aparecer llamados a la reflexión, que se dirigen a la utilización de estas aplicaciones para cambiar el estado actual del mundo ¿Ambicioso, utópico? ¿Qué sucede en el ámbito de la educación?
Varios de los referentes del mundo de internet han comenzado a lanzar opiniones acerca de una Web 2.0 que no solo genere aplicaciones que den dinero (de hecho de momento ninguna lo da), sino que ayuden a resolver algunos de los grandes problemas que padece hoy la humanidad: desde alcanzar un desarrollo sostenible hasta paliar la crisis alimentaria mundial. ¿Realidad o ficción?
Por una parte, Umar Haque lanzó hace un par de meses la primera piedra: en un artículo publicado en Harvard Business Publishing llama a que los inversores y start-ups comiencen a desarrollar aplicaciones para “cambiar el mundo”, antes que para hacer dinero. Comenta un Haque provocativo:
Si sos un revolucionario, entonces selo: sé consecuente y arreglá un problema que cambie para mejor al mundo. Si realmente tenés el coraje, el objetivo, la visión, hacelo.
Pero además Haque fue más lejos con su Manifiesto para la próxima Revolución Industrial, en el que insta a las personas a organizarse: ¿Por qué Google insiste con que su principal acierto es “organizar el mundo de la información”?, se pregunta. Porque los mercados, las redes y las comunidades pueden organizar las actividades económicas mejor que una firma.
Por otra parte, en dos de los encuentros que marcarán tendencia en el 2008, como Web 2.0 Expo y Supernova, comenzó a mencionarse una nueva vertiente de la Web 2.0, acaso merecedora de nuestra atención.
¿Feudalismo 2.0?
El economista autríaco Joseph Schumpeter decía que el crecimiento sucede en medio de procesos de destrucción creativa. Es decir, de turbulencia.
Para Haque, hay un problema con esta tesis y es que en un mundo interconectado como el actual la turbulencia es mucho más intensa que la concebida en su momento por Schumpeter, ya que hoy hay muchas más personas creando y destruyendo.
La destrucción creativa tiene dos caras: los costos de la destrucción y los beneficios de la creación. El precio del crecimiento es un mundo cada vez más incierto, arriesgado y marginal.
Mientras la última burbuja fue la de la tecnología el bienestar fue afectado mínimamente, pero cuando se trata de una burbuja basada en los alimentos, el costo son miles y millones de vidas. Ya no se trata de un costo mínimo.
Mientras que personas como Umar Haque tienen una visión optimista de la capacidad de las aplicaciones generadas en el marco de la Web 2.0, hay puntos que no quedan nada claros. Por ejemplo, históricamente no hemos sido capaces de organizarnos, a menos que se trate de catástrofes y diversas situaciones límite, cuando el instinto de supervivencia parece preferir el grupo, en tanto sea conveniente. Y además, Umar Haque parece olvidar que seguimos inmersos en un mundo en el que hay pobres cada vez más pobres y ricos cada vez más ricos. Y su arenga para llamar a los inversores (¿ricos?) a crear aplicaciones para cambiar el mundo es por lo menos utópica.Web 2.0: la nueva ola
Por último, Marc Hustvedt se pregunta desde su blog, seedWatcher: ¿cómo podemos usar Twitter para combatir el hambre en el mundo? ¿Pueden ser herramientas como Facebook o Twitter las necesarias para el cambio? ¿O necesitamos plantear un cambio más profundo? Hustvedt nos habla de comenzar a diseñar las herramientas para el cambio pensando en un mundo más amplio del que habitualmente se tiene en mente.
La verdadera pregunta entonces es esta: ¿Cargamos otra vez a estas nuevas herramientas con la responsabilidad de “cambiar el mundo”? ¿Se tata de una nueva ola?
De todo esto podemos sacar en limpio que se trata de software. De pensar en qué valores humanos queremos introducir en el software. Y entonces, cómo van a hacerlo los desarrolladores, que potencialmente, bien lo sabemos en esta Web 2.0, somos todos. Nadie cree en las brujas, pero que las hay, las hay.
¿Y en la educación?
Yendo al plano de la educación ¿Cómo se constituirá el nuevo escenario pedagógico con los cambios culturales que la tecnología trae aparejados?, se preguntaba Loreta Bellon hace unos días.
Las aplicaciones de la Web 2.0 no son una novedad en cuanto a lo que proponen, sino que simplemente es ahora a través de la tecnología que podemos lograrlo. Gavriel Salomon fue uno de los estudiosos que planteó el poder del aprendizaje en red en su libro sobre cogniciones distribuidas: la manera en que se debe aprender se grafica a través de la metáfora de las abejas frisonas, en donde "el aprendizaje no está en una abeja, sino en toda la red”.
¿Qué necesitan entonces los docentes 2.0?
Más allá del conocimiento sobre las herramientas, se necesita un cambio estructural en la forma en que se está enseñando. Este es el verdadero desafío y de eso trata la nueva ola educativa que este mundo está demandando. Porque si tanto éxito tienen estas herramientas de la web 2.0 entre los nativos digitales, es justamente porque van en línea con sus formas de aprender naturales: les dan participación activa y poder de decisión.
Son las herramientas de la Web 2.0 las que plantean que pasemos de ser lectores a potenciales editores de la Red. Es decir que pasamos a tener una participación activa antes que periférica. Y esto a todos nos fascina.
¿Qué es necesario para esta educación 2.0 si queremos ser participantes y no meros testigos?. Algunos puntos:
- Crear un espacio horizontal con ricas fuentes de información.
- Orientar a los estudiantes hacia un trabajo autónomo, colaborativo, en donde compartan y se enriquezcan a partir de las interacciones personales y virtuales.
- Crear comunidades de práctica y aprendizaje en donde se aprenda haciendo. Hay una frase de Confucio que viene a cuento: Lo oí y lo olvidé. Lo vi y lo entendí. Lo hice y lo aprendí.
- Generar comunidades de profesores dentro y fuera de la institución educativa a la que se pertenezca para compartir recursos y opiniones.
- Desarrollar a través de la práctica entre los docentes y entre docentes y estudiantes las competencias digitales mínimas para desempeñarse en el ámbito educativo de este siglo XXI.
En síntesis: buscar, compartir, enriquecer e interactuar, no sólo presencialmente, sino también en línea. Las posibilidades que nos permiten las herramientas de la Web 2.0 no son más que las que estábamos buscando. Ahora que tenemos las herramientas, es hora de participar activamente en el cambio en la forma de enseñar y aprender que los nativos digitales demandan.
Por último, en educ.ar contamos desde comienzos de 2005 con un espacio propio en donde se comparten las experiencias docentes con la web. En el artículo Un recorrido por el aprendizaje colaborativo en educ.ar, Karina Crespo relata la experiencia en este espacio que ella modera desde hace 3 años.

ALUMNOS ESPECIALES Y LAS TICS

Siendo profesora de Educación Especial, a cargo del taller de Informática de una escuela oficial, abocada a la atención de niños, jóvenes y adultos con discapacidad mental, que alcanzan escasamente el aprendizaje de la lectoescritura o que nunca acceden a ella, entiendo que esto no debe ser una barrera ni un impedimento para que estos alumnos interactúen con la computadora. Diariamente manejan tecnología sin darse cuenta; juegos electrónicos, celulares, cámaras digitales, televisores, MP3, MP4 u otros de última generación, reproductor de DVD, pueden programar un microondas o simplemente tener la clave de un seguro para su bicicleta. Todo esto lo aprendieron sin saber leer o con poco acercamiento a la lectoescritura.Me sorprendo frente a alumnos (inicial o primaria en Educación Especial) que no poseen nociones espaciales y se desplazan por un software educativo moviendo sólo el mouse o moviendo y cliqueando sin inconvenientes, resolviendo un juego por medio de las flechas del teclado, armando un rompecabezas. Todo esto habla de un desarrollo de potenciales habilidades motoras y cognitivas, alumnos que con otros recursos no se vislumbraban resultados satisfactorios.De ninguna manera dejo de lado la ardua tarea realizada en el aula tradicional, por el contrario lo importante es poder amalgamar esas propuestas pedagógicas, esas recetas, esos borradores de historias diarias con sus resultados, con esta nueva relación con la tecnología de la comunicación y la información. “…Las innovaciones que han tenido más incidencia han sido las que han dado respuesta a las necesidades de la escuela” Sancho J. y Hernández F.: “La comprensión de la cultura de las innovaciones educativas como contrapunto a la homogeneización de la realidad escolar”, Ponencia: Congreso Internacional de Didáctica: La Coruña: 1993No olvidemos además que en estos alumnos se hace difícil el pensamiento abstracto y muchas veces valiéndonos de algún programita de simulación podemos sumergirlos en una realidad que al no tenerla presente, les sería imposible reconocer. Todo educador tiene la responsabilidad de actualizarse, conocer, estudiar, adaptar y aprovechar todas aquellas herramientas que maximicen el proceso educativo. El utilizar programas de uso corriente y no “especiales” equipara niveles de comunicación, permitiendo comprender y participar desde un lugar mejor posicionado. Encontramos muchos recursos en programas que ya vienen instalados en nuestras computadoras así también como en la creación de una Webquest, una Caza del tesoro o un Blog para el uso de Internet según las posibilidades de los alumnos.Un educador es en realidad un creativo, un artífice de constantes oportunidades.Con este encuadre, es que construyo este lugar con el objetivo de compartir actividades y proyectos, que a través de los años me han permitido vivenciar la satisfacción y alegría de mis alumnos, por el trabajo realizado y los logros obtenidos.Como docente he tratado permanentemente de adaptar el currículum a la población escolar, al grupo y a las necesidades individuales. Mis estrategias de trabajo se fueron modelando a través de la experiencia y de los requerimientos, adecuando y reflexionando permanentemente sobre el desarrollo de las prácticas escolares en el día a día.Construyendo de este modo un hacer dinámico y agiornado, donde la actualidad jugó siempre un papel preponderante. “…la educación ya no podrá estar dirigida a la transmisión de conocimientos y de informaciones sino a desarrollar la capacidad de producirlos y de utilizarlos…” Juan Carlos Tedesco: Educar en la sociedad del conocimiento, Fondo de Cultura Económica, 2000:105El alumno está inserto en una sociedad, no puede quedar al margen de los sucesos, debe informarse, conocer, participar, tiene derecho a que se le facilite con adaptaciones el acceso a la actualidad. Tiene derecho a lograr el uso de la computadora como un elemento útil en su vida cotidiana. Tiene derecho a que se reconozcan sus capacidades y desarrollen sus habilidades reales y potenciales.